Gipuzkoa, cada vez más transparente

La Diputación de Gipuzkoa es, desde hace unas semanas, la primera institución pública de Euskadi que da a conocer la agenda diaria de sus más altos representantes. Una información que en otros países como Inglaterra o EEUU está disponible y es de obligada publicación desde hace años, y cuyo acceso facilitan también, más recientemente, instituciones como la Comisión Europea. Cualquiera puede consultar, a través de la nueva web de la Diputación –www.gipuzkoa.eus-, a qué dedicamos los diputados y diputadas  nuestro día a día, a qué actos acudimos y con quién nos reunimos. De forma sencilla, accesible y actualizada, a través de un calendario similar al que la mayoría utilizamos en nuestro correo electrónico.

¿Por qué hemos tomado esta decisión, si la ley no nos obliga a hacerlo? Porque creemos que la gente viene demandando un cambio desde hace tiempo y debemos darle respuesta. Los tiempos en que se gobernaba desde el despacho, con las puertas y las ventanas cerradas, deben pasar a formar parte del pasado. Internet ha cambiado para siempre el modo en que accedemos a la información, y apostar por la transparencia y la rendición de cuentas implica facilitar a la ciudadanía herramientas de control sobre los responsables políticos. Solo incorporando esta filosofía en nuestra práctica diaria conseguiremos reforzar la confianza de los guipuzcoanos y guipuzcoanas en sus representantes y conseguir que se sientan identificados con sus instituciones.

La agenda pública constituye un paso más de un largo camino que deberemos recorrer y que no estará exento de dificultades y resistencias. Uno de los peligros a evitar será que nuestra agenda se convierta en un simple repositorio de comisiones parlamentarias, ruedas de prensa, presentaciones públicas y plenos. Más allá de las actividades oficiales deberemos incluir, en la medida de lo posible, todas nuestras actividades, como viajes y comidas de trabajo, y principalmente las reuniones con organizaciones, con empresas, con sindicatos, y representantes de la sociedad civil. Una información que permitirá a la ciudadanía comprender mejor nuestro trabajo, valorarlo, y tener una visión más completa y fiel a la realidad de los temas que tratamos y de cómo interactuamos con nuestro tejido social y económico.

Esta demanda de transparencia, cada vez más extendida, choca paradójicamente con una legislación de protección de datos muy restrictiva y con una mentalidad, la de nuestra sociedad, que otorga una gran importancia a la confidencialidad y la privacidad. A día de hoy sería impensable reproducir en Gipuzkoa el esquema de Obama en la Casa Blanca, que cuenta con un libro de visitas on line, un registro de entrada y salida con nombres y apellidos de todos aquellos que se reúnen con el presidente.

Es impensable porque en ocasiones es el propio ciudadano o asociación la que pide discreción, porque hay cuestiones especialmente sensibles ligadas a política social, o porque hay casos en los que dar a conocer el encuentro puede generar un alarmismo o poner en riesgo a la institución, o la viabilidad de proyectos estratégicos. Pongámonos, por ejemplo, en el caso de un grupo de trabajadores que quiere compartir con nosotros la situación laboral de su empresa y que no quiere que se sepa. Pero incluso en esos casos, nuestra voluntad de informar de las reuniones una vez pasado un tiempo prudencial está ahí.

Otro de los aspectos a mejorar progresivamente será el de los contenidos asociados a la agenda pública. A día de hoy se incluyen enlaces de interés y los comunicados oficiales, pero en la medida en que se vaya perfeccionando la metodología de trabajo el reto será incluir qué tema/s se tratarán en el encuentro en cuestión, o el cargo e institución a la que representa la persona/s. Para ello, se les preguntará a todas ellas si dan su consentimiento. Asimismo, será importante incluir los documentos de trabajo de las reuniones, y las conclusiones obtenidas de las mismas, especialmente cuando influyan en futuras decisiones de interés público como propuestas de ley o proyectos que se quieren llevar a cabo.

Se trata, en definitiva, de incorporar mecanismos y buenas prácticas que arrojen luz sobre los procesos de formación de las decisiones públicas. De explicar con honestidad y claridad quiénes somos, qué hacemos, y por qué lo hacemos. Además de la agenda pública, la nueva web incluye importantes mejoras en este aspecto, ya que se puede acceder a los currículums de los diputados y diputadas, el de los directores y directoras de cada departamento -cargos de designación directa- , y los ingresos que perciben por su actividad. También se facilitan los teléfonos y direcciones de correo en las que la ciudadanía y los distintos agentes pueden ponerse en contacto con nosotros, así como nuestros perfiles en redes sociales –cada vez es más habitual que nos pidan cita o hagan consultas a través de los mismos-.

Existe un consenso político importante respecto a la necesidad de seguir avanzado para garantizar la transparencia en la Diputación,  promover la participación social e impulsar la colaboración, es decir, impulsar el trabajo conjunto entre las instituciones y la ciudadanía. Una voluntad compartida que se refleja en la legislación vigente en Juntas Generales.

Y contamos también con base técnica de un gran potencial, el apartado irekia, un portal de transparencia que pone a disposición de los guipuzcoanos y guipuzcoanas información sobre presupuestos y partidas, su grado de desarrollo, subvenciones y concesiones, datos abiertos, las quejas y consultas recibidas y la respuesta que se les ha dado… y que queremos completar publicando nuevos contenidos como los informes encargados por la Diputación y una nueva Norma Foral de open data.

Esta apuesta ha llevado a la Diputación a ser considerada recientemente como la mejor clasificada del Estado según la Asociación para la Transparencia Pública. Sin embargo, también en esto, como sucede con los niveles de desarrollo económico e igualdad, nuestra referencia debe estar en los países más avanzados. Es a los modelos del norte de Europa donde debemos mirar, sin caer en el conformismo. La agenda pública constituye un salto cualitativo que, como ya he explicado, deberemos perfeccionar pero que en cualquier caso supone un ejemplo exportable a otras instituciones públicas, partidos políticos o sindicatos, en el largo camino compartido hacia una Gipuzkoa y una Euskadi transparentes.

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