Imposición versus cultura democrática

 

Los ayuntamientos del Territorio han dado importantes pasos atrás en materia de transparencia, eficiencia en la gestión y participación ciudadana. Los días y los años van pasando y nada cambia en esta legislatura. Ahora que termina un nuevo año y hablando con otros concejales del partido observo que la realidad en la gran mayoría de los municipios de Gipuzkoa gobernados por Bildu es que no informan de su gestión y ponen constantes trabas a la oposición para que ejerzamos nuestra labor a la hora de proponer nuevas ideas y controlar y fiscalizar la acción del gobierno. Las comisiones municipales, que son el órgano habitual de información y trabajo, están siendo devaluadas y vaciadas de contenido: no llevan a las mismas información, no se organizan con regularidad, y la gran mayoría de decisiones se toman al margen de las comisiones. Y se dan a conocer por decreto de alcaldía. Gobiernan a base de decreto.  Lo que nos lleva a enterarnos de importantes decisiones y medidas por la prensa. Se lo hemos dicho por activa y por pasiva en más de una ocasión, pero como a los niños, tras prometernos cambios, a los días ya se les ha olvidado todo lo dicho.

Las solicitudes de informes de legalidad a los servicios jurídicos municipales empiezan a ser una constante. La ciudadanía nos pide que aguantemos y demos a conocer sin tapujos lo que sucede en los ayuntamientos. En este sentido, creo que todavía tenemos mucho trabajo para dar a conocer  como es debido toda la información sobre la contratación pública: contratos y adjudicaciones a dedo, las lecturas partidistas de las ordenanzas, etc,… Un trabajo a realizar con lupa.

En relación a la concepción que Bildu tiene de la participación ciudadana, tiene mucho de sectarismo y propaganda y poco de verdadera apertura y gobernanza. Crean lo que ellos llaman mesas de trabajo o reuniones por barrios sin invitarnos a participar a los concejales de la oposición. Es un hecho grave que lo hemos denunciado en más de una ocasión. No es participación cuando la pluralidad y la divergencia de opiniones brilla por su ausencia y cuyo único fin es legitimar las distintas imposiciones que los Ayuntamientos gobernados por Bildu están llevando a cabo. Estas mesas se convierten en muchos casos en comisiones paralelas a las comisiones municipales, sustituyendo a las mismas y hurtando a la ciudadanía su representatividad política. Es un hecho sin precedentes en la vida municipal guipuzcoana. Lo mismo ocurre con muchos actos, homenajes y reconocimientos organizados por los Ayuntamientos, en los que venía siendo habitual que participara la oposición, es decir, la Corporación en Pleno. Ahora ni siquiera se informa ni se invita al resto de los representantes del pueblo a estos actos.

Los días pasan y Bildu debe cambiar radicalmente de actitud, debe abandonar la cultura de la imposición y la utilización partidista que hace de los recursos públicos.  No hay más que ver el tinte propagandístico que han tomado muchas webs de Ayuntamientos, convirtiéndose en meras plataformas al servicio de los intereses Bildu, y no al servicio de la ciudadanía. O las campañas propagandísticas de corte político subvencionadas con dinero público.

Quedan pocos días para entrar en un nuevo año con más ilusión y ganas de trabajar si cabe, para cambiar esta triste realidad.

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