Artículo de opinión publicado en ‘El Diario Vasco’, a raíz del encuentro Gipuzkoa Talent Forum que organizamos anualmente desde la Diputación:
Este lunes, en torno a 300 profesionales con alta cualificación y experiencia en el extranjero entrarán en contacto con 40 empresas punteras del territorio de la mano del foro Gipuzkoa Talent Forum, que organiza la Diputación. Este encuentro conectará distintas trayectorias profesionales con las necesidades del tejido económico, celebrándose por primera vez en el flamante Reale Arena, con la participación de la Real Sociedad. Así como la Real cede a sus valores para que puedan crecer, disfrutar de oportunidades y volver siendo mejores, esta vez el estadio acogerá a jóvenes profesionales que buscan poder desarrollar sus capacidades y su conocimiento en casa, bien trabajando en empresas de Gipuzkoa, bien poniendo en marcha sus propios proyectos emprendedores.
El símil futbolistico refleja perfectamente la importancia y la complejidad del talento como desafío, y la necesidad de abordarlo con políticas globales. Con frecuencia el talento se identifica con el genio, el Steve Jobs o el Mark Zuckerberg que comienzan su andadura en un garaje. Nada más lejos de la realidad. El gran reto al nos enfrentamos reside en crear una cantera de talento amplia, y hacerlo implicando al conjunto de la ciudadanía y de los agentes y organizaciones que traccionan Gipuzkoa como proyecto colectivo y compartido. Porque perfiles como los de Oyarzabal o Xabi Alonso surgen cada mucho tiempo, pero la columna vertebral del equipo la sostiene una base de jugadores mucho más amplia que es la que representa la esencia del club y sus valores.
El aprendizaje y el desarrollo del talento constituye el elemento estratégico capaz de provocar progreso y cohesión social, y el valor diferencial en la sociedad actual y futura. Son las personas la piedra angular sobre la que se sostiene la competitividad de nuestro tejido económico y social. Todos los desafíos ligados al futuro pasan por ser capaces de crear, atraer, retener y difundir el talento. Es la llave de la internacionalización de nuestras empresas. También de la innovación, tanto en el desarrollo de nuevos productos y servicios, como en su comercialización. Es un elemento clave si queremos contar con un ecosistema de I+D puntero. Si queremos acometer con éxito la transformación de nuestras empresas -principalmente de nuestra industria-, y seguir profundizando en la estrategia de especialización inteligente. Y qué decir del emprendizaje: el talento constituye la semilla y el abono de nuevos proyectos e ideas.
Al igual que la Real colabora con el conjunto de equipos y entidades del territorio en el trabajo con la cantera, las políticas de impulso del talento se asientan sobre un ecosistema que integra a empresas, agencias de desarrollo, sindicatos, la red de I+D, los centros formativos y las asociaciones. Este año, 70 entidades han puesto en marcha 88 proyectos ligados al talento de la mano de la Diputación, con 3,1 millones de inversión. Se trata también de una de las principales características de los centros de referencia que estamos poniendo en marcha en ámbitos como la atención al envejecimiento o la ciberseguridad, cuya premisa consiste en sacar el máximo partido a las capacidades y el conocimiento existentes en Gipuzkoa en los sectores de mayor futuro, con la colaboración y la experimentación como directrices.
Todo este trabajo requerirá de una base técnica indispensable. La creciente especialización profesional, y la incorporación de conceptos tecnológicos como la fabricación aditiva, la robótica colaborativa, visual computing, big data, la ciberseguridad, el aprendizaje automático y la fabricación autónoma, por citar algunos, exigirán trabajadores y trabajadoras con nuevos perfiles. Necesitaremos personas capaces de hibridar estas nuevas tecnologías habilitadoras, y concienciadas sobre la importancia de dar el salto de la empresa analógica a la digital, especialmente en un tejido económico como el nuestro, compuesto principalmente por pymes.
Con el objetivo de dar respuesta a esademanda de nuestras empresas y centros de investigación, el fomento de las vocaciones STEAM, especialmente entre las mujeres, y de nuevos sectores como la inteligencia artificial, cobrarán especial peso esta legislatura. Pero en el fútbol, como en la vida, la técnica sirve de poco si no viene acompada por otros valores y aptitudes. El compromiso con un proyecto colectivo, la implicación, el trabajo de equipo, la capacidad de adaptación, la polivalencia, el aprendizaje permanente… son activos fundamentales, que vamos a seguir impulsando con programas como Talentia Skills. Más si cabe en un momento en el que la nueva cultura de empresa se erige como una herramienta fundamental de la transición hacia organizaciones más inteligentes y participativas, capaces de afrontar escenarios cambiantes creando su propio futuro.
Tampoco podemos obviar otros retos acuciantes, como la apuesta por la igualdad o el reemplazo generacional en una sociedad cada vez más envejecida, que pone sobre la mesa la transmisión y el arraigo de los proyectos empresariales, y el trasvase de conocimiento. Ni la incorporación de personal investigador de alto nivel, a la que damos respuesta desde la Diputación mediante el programa Fellows, atrayendo desde su creación a 36 investigadores extranjeros de prestigio a nuestra red de I+D. Porque también necesitamos Odergaards, sí, pero lo realmente importante es que concibamos el talento no como lo que uno tiene, sino como lo que aporta. Como algo que cobra sentido en un proyecto colectivo. Y que tengamos claro implicando al conjunto de la sociedad en esta tarea, fortaleceremos la actividad económica, y pondremos en marcha nuevos proyectos de éxito que se traducirán en empleo de calidad y bienestar para todos y todas.