Y ahora,… toca mentir.

El PSOE no sabe cómo gestionar ni interpretar lo que sucedió el sábado en Donostia. Miles de ciudadanos reclamando que se apueste por la paz y el diálogo. Saben que decir que todos los que participamos somos y estamos bajo la manta de ETA es mucho decir, es una barbaridad. Ahora toca recular, decir de otra manera, enredar y si hay que mentir, pues también. El País publica la siguiente noticia.Urkullu decidió antes de conocer el auto judicial
El Gobierno central y el vasco atribuyen al desconcierto interno del PNV el «error político» de participar en la manifestación convocada el pasado sábado en San Sebastián para protestar contra la detención del portavoz de la izquierda abertzale, Arnaldo Otegi, una marcha que mostró unido de nuevo a todo el nacioanlismo vasco. Fuentes de ambos ejecutivos se mostraron ayer indignadas con los responsables de un partido que, por una parte pide responsabilidad institucional y llega a preacuerdos presupuestarios con el Gobierno central, y, por otra, se manifiesta «codo con codo», como resaltó el consejero de Interior, Rodolfo Ares, «con quienes unas horas después desalojaron a 20 pasajeros de un autobús en Durango» y le prendieron fuego.

Antes de que se conociese el auto judicial y las razones y pruebas que esgrimía el juez para encarcelarles, el propio ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, mantuvo informados a los dirigentes nacionalistas de los hechos de los que tenía conocimiento y de las circunstancias de toda la operación policial.

La irritación del Ejecutivo vasco fue en aumento tras conocer el nuevo ataque cometido por radicales contra un autobús, el segundo en poco más de 24 horas. En el ataque en Durango participaron una decena de encapuchados, armados con bates de béisbol, palos y barras. Tras interceptar el autobús poco antes de las cinco de la madrugada de ayer, obligaron a unos veinte viajeros a apearse y le prendieron fuego. No hubo heridos. En la noche del viernes, poco después de que Garzón enviase a la cárcel a Otegi y sus compañeros, ya fue quemado otro autobús en Bilbao. Ambos ayuntamientos están gobernados por el PNV.
Ares pidió a la formación de Urkullu que abra una «profunda reflexión» sobre las decisiones que toma y «con quién comparte la calle», sobre todo porque la mayoría de quienes se manifestaron en San Sebastián «apoyan» a quienes luego queman autobuses o colocan bombas, «comportamientos que recuerdan a la época nazi o de la ultraderecha española».
El titular de Interior emplazó a los dirigentes peneuvistas a que se lean con detenimiento las imputaciones que hace el juez Garzón a los detenidos y la reciente sentencia del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo sobre Batasuna, que precisa que «la ley de Partidos no es sólo absolutamente democrática, sino imprescindible».
El secretario general de los socialistas vizcaínos y portavoz parlamentario del PSE, José Antonio Pastor, también criticó esa doble cara que aprecia en el PNV que le permite manifestarse con quienes «atacan a los jueces y cuestionan el estado de derecho» el día después de darle la mano al PSOE en el Congreso sobre los Presupuestos Generales. «No se puede estar poniendo una vela a Dios y otra al Diablo», criticó.
El PP se mostró también muy duro con la actitud peneuvista. Su portavoz parlamentario, Leopoldo Barreda, destacó a EL PAÍS que la presencia del partido de Urkullu en la marcha donostiarra supone el «mejor exponente de su desorientación» tras desalojar Ajuria Enea, informa Javier Rivas. «No han comprendido que su salida del Gobierno se ha debido en buena parte a la estrategia de acumulación de fuerzas nacionalistas», añadió.

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