Menor desigualdad, más Europa

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Europa conmemora hoy el 69º aniversario de la Declaración Schuman inmersa en una actualidad marcada aún por las consecuencias del Brexit. El presupuesto presentado recientemente por la Comisión Europea para los próximos seis años será el primero sin Reino Unido. Su salida obliga, a corto plazo, a reformular las cuentas destinando más recursos, entre otros, a seguridad y defensa. Pero más allá de las urgencias, el nuevo escenario sitúa a Europa ante el espejo y la obliga, en un escenario internacional de creciente complejidad, a responder a la disyuntiva de continuar ahondando en el proceso de integración, o de ceder a la lógica de los intereses estatales y ante las corrientes euroescépticas. Gipuzkoa apuesta, sin titubeos, por lo primero.

Hace unas semanas, una delegación de la Diputación Foral encabezada por el Diputado General se trasladó a Bruselas con el fin de reforzar la presencia de Gipuzkoa en redes e instituciones europeas e incorporar a agentes internacionales a Etorkizuna Eraikiz. Los distintos encuentros mantenidos nos sirvieron, por un lado, para obtener una fotografía actualizada del proceso de integración europeo y de los principales retos ligados al mismo, y, por otro, para contrastar la apuesta por la buena gobernanza que está realizando el territorio. El balance del viaje fue alentador, ya que pudimos comprobar de primera mano que compartimos con Europa tanto la visión de futuro, basada en combatir la desigualdad, como la herramienta para materializarla: una nueva gobernanza basada en la experimentación y la colaboración.

Al igual que Gipuzkoa, la Unión Europea se ha tomado la cuestión de la igualdad muy en serio, situándola al frente de su agenda social y económica desde una perspectiva global. El Parlamento Europeo ha abogado por implementar políticas públicas tanto económicas como laborales y sociales para atajar la desigualdad, agravada en muchos países con la crisis económica, con el objetivo de consolidar un crecimiento más sostenible, basado en la creación de empleo de calidad. Además de reforzar las políticas de promoción del empleo y la actividad económica, cita expresamente la necesidad de dar respuesta a la situación de las personas desempleadas de larga duración – en torno a la mitad de las 30.000 personas paradas en Gipuzkoa entra en dicha categoría-, a la brecha salarial de género, así como el fomento de las medidas contra el fraude fiscal.

El diagnóstico es certero. A nadie escapa que los países con mayores niveles de desigualdad tienen problemas mucho mayores en el ámbito social, y que este fenómeno provoca disfunciones sociales que afectan no solo a las personas más pobres o en riesgo de exclusión, sino a amplias capas de la sociedad. A un nivel más global, las instituciones europeas se han dado cuenta de que una de las principales causas que explican el bloqueo del proceso de integración ha sido el aumento del paro y de la desigualdad. Y de que, siguiendo la misma lógica, reforzar la cohesión social es la mejor manera de blindar Europa y el antídoto más eficaz contra tendencias políticas que han ganado terreno a pasos agigantados los últimos años, relacionadas con el populismo, el auge del nacionalismo y la xenofobia, el proteccionismo, la radicalización y el extremismo.

¿Cómo conseguirlo, manteniendo el equilibrio de las arcas públicas, en una Unión que , ya aglutina más del 50% del gasto social del planeta pese a que tiene solo el 7% de la población? No hay fórmulas mágicas, pero los encuentros que mantuvimos con redes y agentes europeos evidenciaron que la solución pasa por un nuevo modelo de gobernanza colaborativa, que incorpore conocimiento avanzado y talento al diseño de las políticas públicas, e involucre a la sociedad organizada en la toma de decisiones, cómo única forma de abordar problemas complejos. Se está articulando una nueva agenda política para dar respuesta a los retos sociales y económicos de futuro, y Gipuzkoa se está posicionando con los países más punteros, compartiendo buenas prácticas y proyectos, basadas en la cooperación y la experimentación.

En ese sentido, la Diputación va a participar en los grupos de trabajo del think tank de la Comisión Europea, el European Political Estrategy Center (EPSC).  Un logro de calado que planteará nuevas oportunidades para nuestras instituciones, empresas, asociaciones, universidades y centros avanzados, además de poner en valor los proyectos de transformación puestos en marcha dentro de Etorkizuna Eraikiz, relacionados con la participación de las personas en la gestión y propiedad de las empresas, la competitividad empresarial y los sectores económicos de futuro –electromovilidad, biociencias, digitalización…-, o la atención al envejecimiento-. Estas apuestas están plenamente alineadas con los esfuerzos de Europa por construir una Unión más sólida y próspera.

Dentro de este de este nuevo escenario, la acción de las regiones y los pueblos, de las entidades subestatales, en definitiva, es más necesaria que nunca para afianzar el proyecto europeo y poner nuestro grano de arena en la lucha contra la desigualdad. La tasa de paro se ha reducido en Gipuzkoa del 14 al 9% en los últimos años y el número de ocupados ha aumentado en más de 10.000 personas. Si atendemos al índice GINI, que mide la desigualdad, podemos decir con satisfacción que en Gipuzkoa estamos mejor que la media de la Europa de los quince. Desde una visión de país, demócrata y europeísta, reivindicamos los valores fundacionales de Europa, la paz, la libertad, la solidaridad y la justicia social, porque no podemos dar nada por sentado. Estos avances no son eternos, sino que hay que seguir construyéndolos día a día, más aún en un momento en el que desde muchos frentes se ponen en cuestión.

Ya el Lehendakari Aguirre, desde la época del exilio tras la guerra civil, generó y promovió el espíritu europeísta de nuestra sociedad, enfocando el futuro del País Vasco en la Unión Europea y más globalmente, para idear la Europa de los pueblos. Sus sucesores reivindicamos los valores originarios del proyecto común desde la suma de la diversidad de los pueblos que la conforman. El proceso de integración europea representa la aspiración compartida de un futuro en paz, igualdad y prosperidad, y así lo queremos apoyar desde Gipuzkoa, haciendo de nuestro territorio un ejemplo. Como dijo Jacques Delors, no se trata de que la ciudadanía se enamore del mercado único, sino de que ejerza sus derechos políticos y participe en un proyecto político basado en la democracia y los derechos fundamentales, aquellos en los que reside su mayor fortaleza y virtud.

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