La variante no se hace

Lararitz Ugarte y Martin Garitano

La  decisión tomada por Bildu en el Consejo de Diputados celebrado el martes de suspender el proyecto de la variante de Zarautz es un nuevo golpe para nuestro pueblo.  Desde un primer momento advertimos de que hablar de ‘parada técnica’, como hizo Bildu, no era más que un eufemismo. Sabíamos que esto no era provisional, sino una suspensión en toda regla y han hecho falta solo unas pocas semanas para que se demuestre. Desgraciadamente, Zarautz se queda una vez más fuera del mapa porque el Gobierno Foral se niega a cumplir con la inversión prevista, de 28 millones de euros. Se puede decir más alto, pero no más claro.

Bildu ha firmado la sentencia de muerte del que a día de hoy era el único proyecto serio y viable para solucionar los problemas que acarrea el paso de la N-634 por Zarautz. Un proyecto estratégico, madurado durante años, con todas las garantías, y que a falta únicamente del último paso, entierran ahora.

Lo dije ayer en el pleno, la Diputada de movilidad y portavoz foral, Larraitz Ugarte, habla claro y se le entiende muy bien cuando afirma que  el proyecto de la variante ‘no es prioritario’ para la corporación que encabeza el señor Illarramendi. No es casualidad que, de la lista de proyectos viarios a revisar, el de Zarautz sea prácticamente el único que se descarte por completo, sin marcha atrás. En lugar de pelear por los intereses de Zarautz, el alcalde ha preferido no molestar demasiado a sus superiores. Una pena, pero bien sabe el alcalde que aqui nos tiene para defender Zarautz y sus proyectos, siempre y cuando lo considere necesario.

El pasado 26 de septiembre se celebró en Zarautz un Pleno extraordinario sobre el tema, a petición de EAJ-PNV y PSE-EE, en el que  instabamos a la Diputación a “cumplir con los compromisos adquiridos” con Zarautz para construir la variante. Dicha moción fue rechazada por Bildu y Ezker Batua-Aralar, que aprobaron otro documento instando al ente foral a repensar el proyecto. Ya hemos visto cuál ha sido la respuesta. La Diputación no tiene ningún ánimo de replantear el tema ni de buscar soluciones. Resulta poco creíble que Bildu y Aralar exijan a la Diputación que solucione el problema antes de que termine la legislatura, cuando de facto han apoyado que se aparque un proyecto estratégico para el pueblo.

Desgraciadamente empezamos a ver qué nos depara el nuevo Gobierno municipal: inacción, parálisis y retraso, vestidos siempre de las mismas excusas y acusaciones demagógicas al resto. Deberían saber que detrás de las edificaciones, y de lo que ellos llaman hormigón, hay servicios y mejora en la calidad de vida para los ciudadanos.

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