“Yo hago lo que usted no puede, y usted hace lo que yo no puedo. Juntos podemos hacer grandes cosas”. Esta idea recogida en una de las conclusiones de las jornadas Prest sobre gobernanza organizada por el PNV en Gipuzkoa, ilustra muy bien una de las grandes bases sobre las que hemos construido el progreso económico y social de Gipuzkoa: la colaboración. El nuestro siempre se ha caracterizado por ser un territorio pequeño con gran capital humano, preparado y capaz de hacer frente al futuro de manera colectiva. Hemos sido una sociedad altamente cohesionada en términos de bienestar económico y atención social.
No es de extrañar que haya sido precisamente aquí donde el cooperativismo haya tenido mayor impronta, las ikastolas sus primeras aulas, o los primeros talleres para la plena integración social de las personas con discapacidad a través de su inserción laboral. Gipuzkoa ha sabido que la manera más eficaz de afrontar problemas y retos que nos afectan a todos es, precisamente, sumar esfuerzos y aunar voluntades. La imposición, la ruptura y las decisiones unilaterales son completamente ajenas a esa exitosa hoja de ruta que la sociedad y las instituciones guipuzcoanas han venido trazando exitosamente hasta ahora.