Construir el futuro desde el bien común

imanol kongresua

Noruega es un buen lugar donde vivir. Según la OCDE, junto con Suiza y Euskadi, el país con mayor índice de satisfacción de la población, y entre los diez primeros en el Informe de Felicidad de la ONU. También uno de los más ricos y cohesionados, con una renta muy repartida y sin grandes diferencias, educación y sanidad avanzadas, seguridad y estabilidad. Si damos por bueno que una sociedad debe ser juzgada por la manera en que trata a las personas vulnerables y desprotegidas, también aquí sale bien parado el país escandinavo: Noruega supo aprovechar el filón del petróleo y el gas para dejar de ser un país pobre a principios del siglo XX y convertirse en una democracia próspera, sólida y decente.

Jarraitu irakurtzen