El desafío europeo en Gipuzkoa

europablog

La celebración del Día de Europa llega este año precedida por dos efemérides de calado: el 25 aniversario de los Tratados de Maastricht y, sobre todo, el 60 aniversario de la firma de los tratados de Roma, rubricados en 1957 por Alemania Federal, Bélgica, Francia, Italia, Luxemburgo y los Países Bajos. Los Tratados de Roma significaron un triunfo para los europeístas, que ante la imposibilidad de consolidar de manera inmediata una unión política, desarrollaron un proceso de integración que afectase de manera paulatina a diversos sectores de la economía, creando instituciones supranacionales en las que los estados miembros cedían parte de su soberanía sobre determinadas competencias.

En un momento en el que las corrientes populistas y antieuropeistas abogan por desandar, cuando no directamente destruir el camino recorrido, toca reivindicar el éxito de los 60 primeros años de la construcción europea. En primer lugar, no debemos olvidar que fue el origen de un verdadero milagro, sin precedentes en la historia y sin equivalentes en el mundo: no la paz, sino la reconciliación profunda entre los pueblos de Europa del oeste. El segundo éxito político ha sido el  método Monnet; un engranaje virtuoso que partiendo de un objetivo bastante modesto, el mercado común,  conduce a profundizar en la integración, pasando de lo comercial a lo económico, de lo económico a lo monetario y de lo monetario a lo político.

En tercer lugar, hay que tener en cuenta que la construcción de Europa necesita una escala de tiempo que no tiene nada que ver con la de la política – de algunos años para los responsables políticos-, o los medios de comunicación -algunas horas-. Hoy en día, de cara a los nuevos retos, que son a la vez tecnológicos, demográficos, políticos y geoestratégicos, Europa sufre demasiado la enfermedad de sus Estados miembros, que están luchando para proyectar su narrativa nacional, llevando a Europa a una estrategia de pequeños pasos. La iniciativa es igualmente incierta en la medida que el euroescepticismo no cesa de progresar: Europa, como proyecto, se cuestiona más que hacer soñar.

Con todos estos antecedentes, el pasado 1 de marzo, el presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker presentó sus propuestas para el futuro de la UE, conformado por 27 países, bajo la influencia del Brexit y de cara a superar los bloqueos existentes. Parece que el escenario elegido por la Comisión es la de una Europa a varias velocidades, es decir, una construcción europea donde los que quieren ir más lejos juntos no necesariamente comprometan a toda la UE. Los temas prioritarios para esta “Europa a dos velocidades” serían la unión monetaria, la fiscalidad, lo social, el antiterrorismo y la protección de las fronteras, pero sobre todo se quiere progresar en el campo de la defensa.

Sin embargo, esta “Europa a la carta” o de geometría variable está lejos del consenso. Por una parte, están los que ven en ello una manera de relanzar la UE, mientras que otros opinan que, por el contrario, reforzaría las divergencias en su seno. En todo este maremagno político que vive la UE, ¿cuál es la posición de Gipuzkoa? Desde la Diputación consideramos que, en esta tarea de vertebración, la acción europeizadora de las regiones y los pueblos resulta muy importante para construir Europa desde la base.  Queremos una Europa que sea un proyecto compartido, que potencie el trabajo en común, en el que nos comprometamos para trabajar para cambiar el euroescepticismo y generar debates formados, hacer de la solidaridad un valor  en estos  tiempos de crisis, combatir la estigmatización de los migrantes y abordar el análisis y discusión de los escenarios con rigor y decisión.

Reivindicar el papel de las naciones y de las entidades subestatales en el proyecto europeo es más necesario que nunca. En un momento en el que se habla de velocidades, Euskadi estaría, por sus estándares económicos y sociales, en una primera velocidad, mientras que una dependencia jerárquica absoluta hacia España la dejaría en la segunda. Cada vez que los estados miembro han visto en peligro lo más mínimo su soberanía, han echado el freno de mano a la integración europea aferrándose a su cuota de poder. Un planteamiento erróneo a todas luces, ya que la experiencia ha demostrado con creces que los proyectos más eficaces y beneficiosos para la ciudadanía son aquellos supraestatales, basados nuevas redes colaborativas entre ciudades y regiones.

En eso consiste la esencia de Etorkizuna Eraikiz, una dinámica que apuesta por la experimentación activa, la prospección de modelos de éxito y la creación de redes de trabajo compartido entre distintas instituciones, agentes y ciudadanía para dar respuesta a los retos de futuro de Gipuzkoa, que son en la mayoría de casos los de toda Europa: el fortalecimiento del tejido económico a través de la participación de los/as trabajadores/as, la conciliación de la vida laboral y familiar, la sostenibilidad del estado de bienestar en una sociedad cada vez más envejecida, o el afianzamiento de un modelo económico basado en la innovación, que permita crear y mantener puestos de trabajo de calidad.

En ese sentido, se precisan una visión a largo plazo y una nueva narrativa para Europa que resulten más atractivas, prometedoras de cara al futuro y positivas, en particular para la generación más joven. Esta narrativa debe basarse en las enseñanzas de la historia y, en particular, en los logros concretos de la UE que, sin ir más lejos, aglutina más del 50% del gasto social del planeta pese a que tiene solo el 7% de la población. Pero también deben ofrecerse nuevos mensajes y plantear posibles acciones realizadas por la UE tanto a nivel interno, para reforzar su cohesión social, económica y política, como a escala internacional, para mantener su liderazgo en un mundo cada vez más globalizado que se enfrenta a problemas también globales.

Como dice el actual presidente de Austria en su intervención ante el Parlamento europeo: “cortar un árbol es más rápido que verlo crecer y preocuparse de su desarrollo”. La historia de la UE se refleja perfectamente con esta cita.

 

Interesgarriak:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *